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viernes, 22 de agosto de 2008

Un hombre sin pasado

Una de esas joyas un tanto desconocidas dentro del circuito comercial cinematográfico es el director finlandés Aki Kaurismäki. Y entre sus películas se encuentra la nominada al Oscar como mejor película extranjera "Un hombre sin pasado" (Mies vailla menneisyyttä). Ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes 2002, esta película retrata el renacer de un hombre que ha perdido la memoria tras recibir una brutal paliza en un parque de Helsinki.
De hecho el inicio del film recuerda a una de esas películas de ciencia ficción en las que el protagonista acontece a una transformación profunda de su ser: se encuentra en la unidad de cuidados intensivos de un hospital con la cabeza completamente vendada y una vez lo dan por muerte se levanta, se arranca los cables que le unen a la máquina y escapa. El nacimiento de un personaje heroico. O en este caso de un antihéroe en toda regla ya que M (interpretado maravillosamente por Markku Peltola) sobrevive gracias a la ayuda de una familia de pobres y pasa a formar parte de los marginados de la sociedad. Su heroicidad se encuentra en su lucha por salir de esa situación. Incluso por su intento de hacer de esa vida algo digno puesto que es lo que le pertenece: un gran contenedor como casa, un minúsculo huerto con patatas y su relación con Irma (Kati Outinen).
La interpretación en el film recuerda por momentos a la de los actores de Bresson pero es algo completamente distinto. No se trata de modelos sino de personajes individuales que a través de una enorme capa de frialdad pueden expresar sus emociones sin que por ello parezca que sus facciones se deben alterar. El cinismo y la ironía que Kaurismäki inflige al film se pone a trabajar al cien por cien con los protagonistas y los que les rodean, ofreciéndonos unos diálogos maravillosos y unas situaciones fantásticas. La relación de M con su casero o con su vecino nos deja fascinados una vez tras otra por la mezcla de realidad y absurdo, por el contraste entre la cotidianeidad de la pobreza reflejada en las imágenes y las actitudes de los personajes. Asimismo la forma en que M hace la corte a Irma no tiene desperdicio. O el atracador del banco en el que M se encuentra abriendo una cuenta.
En todo caso, personajes muy entrañables que permanecen en la memoria con un aura de algo desconocido que transita entre la felicidad, el absurdo y la tristeza.

1 comentario:

Esther* dijo...

Me encantan los antihéroes...

Muuuak*