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lunes, 24 de marzo de 2008

Las mujeres que no conocemos

Exposición en el CCCB de Barcelona hasta el 30 de Marzo.

José Luis Guerin, un ferviente amante de la imagen fotografiada, ya sea a través de una cámara fotográfica o de una cinematográfica, vuelve a demostrar en esta exposición su peculiar estilo y su intento por mostrar ciertas cualidades inscritas en la fotografía que hacen de la misma un lenguaje único.
Como él mismo nos informa en uno de los primeros "cuadros" expuestos, su concepción de la fotografía se define como la de una "huella de una luz que paso en algún momento por delante de la cámara". A partir de este leitmotiv asistimos a diferentes obras -y fotogramas o fotografías extraídas de su última película En la ciudad de Sylvia y otros materiales- en que las mujeres desconocidas que pueblan terrazas de cafés, paradas de metro o tranvía, calles o ciudades, quedan retratadas e identificadas ante la cámara como un fantasma de la promesa que estaba inscrita en ellas y pasó de largo.
Además hay que resaltar que tan sólo por asistir a la obra en realización titulada NOSOTROS, LOS OTROS, la exposición merece ser visitada. Un video de 14 minutos nos muestra diferentes fotografías en que los visitantes del Louvre se funden con las pinturas como fondo, creando con ello una interacción impresionante entre los cuadros y los visitantes. Asombrados, vemos como se producen diferentes juegos de miradas entre figuras pictóricas y figuras fotografiadas, apareciendo ante nosotros un nuevo sentido de la profundidad, una nueva mirada hacia cuadros conocidos o la curiosidad de las miradas reinventadas de las figuras pictóricas.
En conclusión, una exposición que merece la pena ver: Guerin vuelve a enamorarse de la imagen fílmica e intenta explotar nuevas cualidades de la misma.

Información sobre la exposición: CCCB
Información sobre Guerin en IMDB

3 comentarios:

Jorge Eduardo Urueña López dijo...

Muy interesante tu aporte, estuve investigando sobre las aptitudes de este magnífico cineasta, y la verdad quedo maravillado. Tienes un deleite por el cine, como yo, considero que las planimetrías también pueden fusionarse, que no existe un sólo plano, que existen muchos, ya la vez nada, pues la unión de ellos hace posible el rescatar esa esperanza añorada por mucho en la imagen en movimiento: la 4D, un tiempo exquisito que quisiéramos sentir mediáticamente.

Esther* dijo...

Guerín consigue que te enfrentes a cada una de sus obras de manera global como proyección pero también entendiendo cada uno de sus fotogramas como obra de arte independiente. Además, no sólo usa la pantalla de cine o televisión como soporte clásico, sino que introduce nuevos elementos como la propia arquitectura de la sala para proyectar sus videos.

Particularmente me encanta el video de una chica que toca el violín. Tiene la mirada tan perdida, que por momentos te introduce en sus pensamientos, en sus miedos, en sus soledades. Está tan dentro de sí misma que se convierte en un personaje enigmático pero a la vez cercano. En realidad cada una de ellas tiene algo especial. Puedes perderte entre aquellas mujeres que no conoces y darte cuenta de que al final no son obras alejadas de la realidad, sino que forman parte de nuestra rutina diaria, pero con otros rostros y otros cuerpos (quizá el nuestro...)

Hay una de las paredes llena de videos, creando una especie de horror vacui de pantallas de diferentes tamaños. Tienes una sobredosis audiovisual en la que no sabes ni hacia donde dirigir la mirada. Los sentidos se ponena flor de piel y reaccionas ante cualquier estímulo sonoro o visual. Concretamente hay dos pantallas juntas cada una de ellas con un primer plano de una mujer diferente, y parece que Guerín consigue crear un diálogo entre ellas usando el paso de los fotogramas.

En fin, ¡que me emociono a escribir y no paro! sólo mencionar que tienes toda la razón en que NOSOTROS, LOS OTROS es la parte de la exposición que más merece ser visitada. Con una pantalla en medio y una imagen fija a cada lado, a primer golpe de vista no eres capaz de entender donde se encuentran esas personas, y finalmente entiendes que están frente a un cuadro. Consigue una interacción a tres bandas: el cuadro se mezcla con los visitantes del Louvre, mientras que al mismo tiempo nosotros lo estamos observando también(como auténticos voyeur). Algunos momentos los personajes del cuadro miran directamente a los visitantes, pero en otros parece que es a nosotros a quien se dirigen las miradas, como si estuviéramos realmente en el Louvre en ese momento disfrutando de las pinturas (por ejemplo con “Almuerzo en la hierba” de Manet).

Y para concluir me voy a arriesgar a escribir que NOSOTROS, LOS OTROS consigue un efecto heredado de “Las Meninas” de Velázquez (en El Prado), logrando crear ese juego entre la propia obra y el espectador.

Vaya parrafadas!
hachecita***

Oscar V dijo...

jo de gran vull ser com tu, RafaPunk!
m'agrada molt el teu blog...you're great!