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martes, 5 de mayo de 2009

blue velvet o el lado bestia de la vida


Sandy: No sé si eres un pervertido o un detective.
Jeffrey: Cuando lo descubras, avísame.

Este es el final de un diálogo entre dos de los personajes del film de Lynch, Blue Velvet: el protagonista, Jeffrey Beaumont, y su novia "normal", Sandy, interpretada por Laura Dern. Nunca se me ha borrado de la mente desde la primera vez que lo escuché. Y es que Lynch tiene una capacidad grandiosa para crear escenas memorables. Mi favorita es, quizás, la de Bobby Perú en Wild at heart, Corazón Salvaje, junto a la misma actriz, Laura Dern: "fuck me, say fuck me...". Impresionante. Pero ahora no es momento de hablar de eso. Ni de Lost Highway y la llamada a la casa. Ni del final de The straight story.
Es momento de Blue Velvet.
Y Blue Velvet es el universo Lynch en el sentido del sonido especialmente. Todas las secuencias tienen un tratamiento sonoro excelente, dando pistas y generando emociones, contradictorias a veces, en todo lo que vemos e invitándonos con ello a ir más allá, a dejar el mundo tal y como lo conocemos y adentrarnos en lo profundo, en lo oscuro, tal y como hace la cámara al inicio cuando se adentra en el césped del jardín para ver la lucha -la vida- de algunos insectos.

Y todo se dirige hacia ese páramo desolado: el personaje de D. Hopper, Frank Booth, es impresionante aunque no le queda muy a la zaga el interpretado por Brad Dourif como Raymond. Todos ellos pertenecen a ese lado oculto, al rincón oscuro de la existencia. Y lo interesante de todo eso es el morbo y el deseo que corroen al protagonista, Jeffrey, por adentrarse en él y conocer algo de sí mismo que nunca se ha atrevido a observar. Su deseo de "vivir una aventura" fruto de un aburrimiento cercano al spleen parisino del XIX, no es más que el deseo de lo prohibido, de la vertiente oscura del ser humano y de sí mismo. O, por decirlo de otra manera, de su lado pervertido (o deberíamos decir perverso) en lugar del de detective.

2 comentarios:

pablolacala dijo...

muy desagradable. y el juego del perro, animal, encima del hombre agonizante muestra lo ridículo de la vida frente a lo instintivo y animal, la inconsciencia de los animales, lo patético, absurdo...

¿cómo lo harían para que el perro se quedara jugando de esa forma con el chorro?

¿te imaginas rafa?

Lux Temptation dijo...

Eso del perro en el agua en instintivo, mi perro lo hace cuando dejamos tirar el agua de la lavadora para limpiar el patio (reciclaje de agua, nota de ello).

Fue una película que me llevó a darme cuenta que uno no sabe realmente lo que nos rodea. Fue un juego oscuro y desafiante, llevándolo hasta el punto final. Jeffrey puede ser una clase de heroe suburbiano. Fue un tormento el imaginar que sería de él cuando cayó en manos de Frank, fue intrigante.